Hay pocas ocasiones de mayor incertidumbre en la vida como
el momento de ir a elegir que prenda comprarte. Vale, hay prendas “flechazo”,
aquellas que las ves un día en el escaparate y te enamoras como si de tu
próximo marido se tratara. No consigues la felicidad en plenitud hasta que no
te haces con ella. Eso lo sabe cualquier mujer. Pero, ¿por qué se da esto?
¿Existe alguna razón para que una persona se encapriche de tal manera con una
prenda? Esto explicaría también nuestros gustos hacia la moda. Es cierto que la
gran mayoría se propicia por la pertenencia a un grupo social pero ¿existen
otros factores?
Susana Saulquin, especialista en sociología de la moda
explica que “El acto de elegir la ropa que usamos está relacionado con los
sentimientos, con recuerdos, situaciones y motivaciones de la infancia." Esta
profesional intenta dar una explicación a estos interrogantes. "Si fui
feliz con una prenda, esa imagen cristalizada queda asociada, por ejemplo, a un
color." La experiencias personas que hayamos tenido con determinada ropa
puesta, pueden influir en nuestros gustos a largo plazo, explica.
“Además, como
los ciclos de la moda se repiten cada 18 años —y las formas, los colores y los
materiales de las prendas retornan—, uno puede reencontrarse, por ejemplo, con
la ropa que, de chica, le robaba a su mamá y vuelve a adoptarla, sintiendo así
la satisfacción que sentía cuando se vestía ‘de grande’”. Esta situación es
aprovechada por los diseñadores que reeditan las prendas, con cambios, apelando
a esas imágenes guardadas en nuestros recuerdos.
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